Carta a una joven atleta

febrero 7, 2019

Querida joven atleta,

Soy el psicólogo que trabaja con tu entrenador. Como ya sabes, él me ha pedido ayuda para revisar cómo orientar su trabajo contigo, en busca de ayudarte a gestionar los miedos o la presión que puedas tener a la hora de competir. Creo que debes valorar muy positivamente este gesto. Tienes la suerte de contar con un entrenador que valora, cuida y se forma constantemente en estos aspectos. Y esto seguro que te ayudará en tu evolución, tanto para ser mejor día a día a través de los entrenamientos, como para aprender a demostrar tu nivel el día de competición. De todas formas, a medida que vayas progresando, puedes ir valorando la conveniencia de trabajar tú directamente estos aspectos, más allá de lo que te pueda ofrecer tu entrenador. Quizá no te haga falta (es la suerte de estar con un entrenador bien orientado en los aspectos psicológicos), pero puede suceder que a medida que vayas creciendo y por lo tanto la exigencia sea cada vez mayor (¿esperémoslo, no?), entonces veas la necesidad de complementar el trabajo psicológico que ya haces integrado en los entrenamientos con un trabajo extra personalizado, dirigido por un especialista.

Dicho esto, me gustaría compartir contigo algunas de las cosas que hablo con tu entrenador, con su permiso. Quizás así entiendas mejor qué hay detrás de las cosas que te pide, cómo te las pide, y cómo las valora.

Foto: Oriol Duran (https://www.lesportiudecatalunya.cat/)

1 / La confianza

Sabemos que tu confianza ahora mismo no está al máximo nivel. Pero, ¿cómo conseguir tener más confianza? Pues… ¡cambiando la forma de ir a buscar sentirte confiada! Me explico. Sabemos que tu confianza está relacionada con los resultados. Y es normal. Cuando hay malos resultados o cuando «crees» que los resultados pueden peligrar, la confianza baja. Es el extremo opuesto a sentirte confiada cuando las cosas van bien. Que cuando hay buenos resultados hay confianza, eso ya lo sabemos; pero si basas la confianza en los resultados, ¿qué pasa con la confianza cuando hay malos resultados? Se pierde, claro. Y sin confianza, no compites bien.

Por lo tanto, la solución no es esperar a tener buenos resultados, porque esto, si te fijas bien, creo que es lo que has estado haciendo desde hace tiempo, cuando empezaste a despuntar y batiste algún récord. Desde entonces, tú y seguramente todo tu entorno «esperáis» que lleguen resultados similares. Y cierto es que han llegado en algún momento. Pero mientras sigas «esperando», cualquier resultado no deseado se convierte en desesperante. Y la confianza, esa que precisamente necesitas para competir bien, se resiente.

Pues yo te invito a no esperar más resultados.

Fuerte, ¿verdad?

Pero por contra, te invito a provocarlos, que es diferente.

¿Qué diferencia hay entre esperar y provocar? Buscar provocar un resultado te hace centrarte en CÓMO HACERLO. Y esto es crucial para hacer bien el trabajo. Estar centrada en cómo correr y no en el resultado. Y también es crucial para la confianza. Porque si en lugar de confiar en que conseguirás unos resultados (esto de hecho no es confianza, sino esperanza), confías en lo que SABES HACER (es decir, CÓMO CORRER), pase lo que pase en una competición, tengas un día bueno o malo, eso que ya sabes hacer (gracias a los entrenamientos) no desaparece. Y por lo tanto, la confianza en eso tampoco.

Cuando Messi falla un penalty (a veces le pasa), ¿crees que deja de confiar en su forma de chutar? De hecho, estoy seguro de que si él, precisamente él, falla penaltys es porque tal vez él (incluso él!) cae en la trampa de esperar un resultado en lugar de centrarse en cómo hacerlo.

Y con esto quiero decirte que si al mejor del mundo en algo le sucede esto, puedes darte permiso para que a ti, que estás casi empezando en este «negocio» de competir, también te pase. ¿OK?

Ahora, eso no quita que te ocupes y lo trabajes para solucionarlo. Y en eso estamos.

Por lo tanto, en primer lugar, si tienes que confiar en algo, confía en lo que sabes hacer gracias a los entrenamientos. Olvídate de esperar resultados, confía en lo que sabes hacer, y concéntrate (¡CÓMO CORRER!), porque es eso lo que te dará las mejores opciones para demostrar el nivel que tienes. El resultado será la consecuencia. El resultado, de hecho, no te dice nada más que el nivel que tienes y si lo has sabido demostrar ese día.

2 / El miedo al resultado

Vuelvo a decirlo. El resultado no te dice nada más que el nivel que tienes y si lo has sabido demostrar ese día.

Creo que tú quieres mejorar, quieres ser cada día mejor corriendo, ¿verdad? Por lo tanto, si el resultado te dice cómo está tu nivel y si ese día lo has sabido demostrar… ¿no es una información muy valiosa, sea cual sea el resultado? Si el resultado es bueno, ¡buena noticia! Lo que estás haciendo está llevando sus frutos: cada vez eres mejor y ese día has sabido demostrar tu nivel. Pero si el resultado es malo, lo que te dice es que algo tendrás que hacer de más o diferente. Y si tu motivación es trabajar para ser mejor, ¿no es acaso una buena noticia conocer esto?

El resultado es siempre información. Y tú (y tu entrenador) podéis utilizar esa información para seguir creciendo.

Por lo tanto, ¿hay que tener miedo a un mal resultado?

Seguirás teniendo miedo si «esperas» un buen resultado, o si estás demasiado pendiente de lo que puedan opinar los demás sobre ese resultado. Sabemos que algo de esto hay tras tu miedo a hacerlo mal: quizás sea miedo a sentir vergüenza, o solo miedo a lo que puedan opinar los demás, o tal vez miedo a cómo puede afectar un mal resultado en tu futuro.

La ventaja de concebir un mal resultado como información útil para crecer, es que no puede darte nunca miedo, porque en realidad es una ayuda para seguir creciendo como atleta.

3 / Querer hacerlo bien o evitar hacerlo mal

Querer hacerlo bien o evitar hacerlo mal son dos vías diferentes de querer más o menos lo mismo. Pero una vía ayuda a competir bien, mientras que la otra es una trampa absoluta. Buscar evitar hacerlo mal te hace pensar en el error o en las consecuencias de un mal resultado. Y esto activa el miedo. Y el miedo activa los nervios. Y los nervios hacen que la concentración no sea la adecuada; te hacen estar más pendiente de la consecuencia (futuro) que de cómo hacerlo (presente).

Por eso es mucho mejor buscar en hacerlo bien. Y ya ves que esto nos conecta con lo que decíamos antes, de provocar un resultado en lugar de esperarlo. Si esperas un resultado, de forma inmediata te hace pensar en lo que puede pasar si éste no llega. En cambio, si tú quieres provocar un buen resultado, por narices tienes que estar ocupada y concentrada en correr de la manera que sabes que te puede dar las mayores opciones posibles de conseguir ese resultado.

Por lo tanto, cada vez que te des cuenta que tienes miedo a no hacer un resultado, debes darte cuenta de la trampa y coger la vía correcta: «si yo quiero un buen resultado, voy a intentar provocarlo, y la mejor forma de hacerlo es estando concentrada solo en cómo correr «.

4 / La concentración

Precisamente, en el «cómo correr» es en lo que debes basar tu confianza. Es lo que sabes hacer, es lo que has entrenado. Y por lo tanto, en competición, no debes hacer nada diferente a lo que haces en los entrenamientos. Debes buscar estar concentrada en cómo correr, al igual como lo estás en los entrenamientos. Si en los entrenamientos buscas hacerlo bien técnicamente (objetivo), lo intentarás concentrándote en cómo hacerlo, es decir, en cómo correr. Si en algún entrenamiento buscas una marca (es otro tipo de objetivo), tú lo intentarás concentrándote en cómo hacerlo, es decir, en cómo correr. Pues si en competición quieres conseguir la marca para la que tú estás preparada (gracias a los entrenamientos), lo único que tienes que hacer es… concentrarte en cómo correr. El resultado será la consecuencia.

Estoy seguro de que en competición no os marcaréis nunca como objetivo de resultado hacer una marca para la que no estés preparada o que no hayas comprobado antes que puedes hacer. A esto lo llamamos «ajustar bien los objetivos», y facilita que tú como atleta no sientas que debas hacer algo  «especial» en competición, sino solamente hacer «lo de siempre», tal como lo haces en los entrenamientos: concentrarte en cómo correr.

Está claro que en competición pueden pasar cosas diferentes a los entrenamientos. La propia presión, por ejemplo. Si te tomas las cosas como te comento aquí, seguramente esa presión disminuirá, pero hay que tener claro que siempre habrá algo de presión, y de hecho, la esperamos. También pueden pasar accidentes, rivales que estén muy bien, situaciones tácticas complicadas … o puedes tener un mal día, la regla, un resfriado, haberte peleado con alguien, etc.

Ante todas estas cosas que pueden pasar en competición, tu tienes una ARMA: LA CONCENTRACIÓN. La has entrenado cada día, es en lo que confías que te hace correr bien, y es también en lo que debes confiar que te permitirá demostrar tu nivel en competición. La clave es buscar hacer lo mismo: entrenar como competir (súper bien concentrada en cómo hacerlo), para competir igual que entrenar (súper bien concentrada en cómo hacerlo).

5 / Un ejemplo …

Quiero terminar con un ejemplo que demuestra todo lo que te he comentado. La atleta se llama Heather Dorniden, y compite en los 600m en cubierto. Mira primero el video y después lo comentamos:

 

En este vídeo habrás podido ver todo lo siguiente:

  1. La importancia de aceptar las adversidades como una posibilidad (¡y no como un desastre!)
  2. Gracias a saber que cualquier cosa puede pasar, no se altera emocionalmente cuando pasa (no se enfada ni se frustra…)
  3. Gracias a no alterarse, puede seguir más fácilmente con la misma concentración, centrada en cómo correr. Esto le permite recalcular la táctica, decidir qué hacer (administrar sus recursos) y centrarse en cómo hacerlo (y no en lo que había pasado, ni en lo que podía pasar)… es decir, sigue mentalmente habilitada para provocar que pasen cosas.
  4. Aunque las situaciones vayan cambiando a lo largo de la carrera, sigue concentrada en cómo correr hasta el final.
  5. Los puntos anteriores demuestran que ella hace todo lo que está en sus manos para demostrar el nivel que tiene (a pesar de las adversidades). Esto es adaptarse.
  6. El resultado final le ha dado información de su nivel, y de cómo ha sabido ese día demostrar tal nivel (incluso con adversidades). Puedes valorar cuáles de los dos aspectos (su nivel o saber demostrarlo) fue lo más determinante en esta carrera.
  7. Su reacción al terminar es fruto de su actitud previa y de todo el proceso seguido. Emocionalmente parece como si no hubiera hecho nada «especial», y esto solo es posible gracias a haber entrenado mil veces los recursos utilizados, y haberlos aplicado en competición una vez más: entrenar como competir para competir como entrenar.
  8. Finalmente, seguro que lo que ella más valora al final no es el resultado, sino todo lo que ella ha hecho para provocarlo. Seguro que tras esta carrera su confianza crece, pero no por el resultado final, sino por constatar cómo los recursos adquiridos han funcionado, y por haberlos sabido utilizar en el momento justo.

Espero que todo esto te sea de provecho para orientar tu mentalidad de forma que te permita seguir creciendo. Por la información que tengo de ti, estoy seguro de que será así.

Para finalizar… Esta carta no es gratis. Tu entrenador está pagando esto. Pero creo que tú también deberías poner de tu parte, ¿no te parece? Te diré el precio: lo que te pido por esta carta es tu permiso para adaptarla y convertirla en un post (que colgaré en mi blog). ¿Me das permiso?

por Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor del libro «Entrenando al entrenador…«


La conexión equipo-afición y el entrenador-fusible

noviembre 18, 2018

Estamos en la era de la globalización mediática del deporte. Al flujo informativo a través de los medios tradicionales se le suma el tráfico por las redes sociales. La vida de un equipo ya no solo pertenece puertas adentro al equipo y puertas a fuera a los socios o abonados. Los periodistas entran en los vestuarios, las charlas pre-partido se transmiten, los tiempos muertos son públicos… Los seguidores no son solo espectadores sino comentaristas en vivo vía Twitter o a través del chat asociado al medio que esté ofreciendo el partido. Ante esta dispersión de información, es difícil mantener un relato único en el que los seguidores se identifiquen, aunque esto no és óbice para que el club no lo intente a través de todas la herramientas disponibles: información generada por el departamento de prensa (hacia los medios tradicionales), información ofrecida en la web, canal Youtube, canal Twitter, etc. Aunque de todas las fuentes posibles, el mensaje del entrenador jefe es lo más potente, no solo porque es el representante legítimo de la filosofía y el estado del equipo, sino también por la frecuencia de sus apariciones en los medios.

Que el club y en en especial el equipo insignia definan y defiendan una idea o una filosofía reconocible es crucial para conseguir una buena conexión con los seguidores más cercanos al equipo. Pero también lo es para generar una «marca» a un nivel sociológico más amplio. Una marca (imagen) puede construirse por la forma especial de hacer las cosas (San Antonio Spurs, en baloncesto), por un estilo de juego consistente en el tiempo (FC Barcelona, en fútbol), por la política de fichajes (Athletic de Bilbao, en fútbol), o por apostar decididamente por la cantera (Joventut de Badalona, en baloncesto). Seguramente hay más ejemplos y otras formas de generar «marca», y evidentemente, muchas más opciones de seguir una filosofía que sea reconocible por la afición.

Cuando hay tanta competencia en el ocio, contar con el compromiso de los abonados (o socios) y lograr adherencia de los máximos seguidores posibles pasa indefectiblemente por establecer una conexión sentimental con ellos. No es nuevo; de hecho es aquello tan conocido de «SENTIR LOS COLORES». Pero en esto, es tan iluso pretender que un jugador nuevo fichado a base de talonario sienta los colores y ame el escudo desde el primer día, como iluso es pretender contar con el amor incondicional de los seguidores a cambio de nada.

Los grandes clubes pueden ofrecer espectáculo y/o títulos. Pero está claro que no todos van a poder, e incluso pudiendo, quizás no sea suficiente para conseguir una buena y duradera (¡incondicional!) conexión con los aficionados. Es por ello que el relato, la filosofía, los valores, la forma de funcionar, etc., son fundamentales para conseguir esta vinculación sentimental.

Independientemente de la filosofía o los valores escogidos, quizás la clave esté en la estabilidad. Si recordamos los ejemplos dados anteriormente, todos esos clubes mantienen su marca reconocible durante un largo período de tiempo. Ahora bien… ¿qué pasa cuando no hay una «marca» o filosofía asociada al club y la conexión con los seguidores pasa por la identificación con el equipo (valores, juego, jugadores…)? En este caso, la estabilidad aún toma más relevancia. Que el entrenador y los jugadores sean conocidos, reconocidos como propios, o ¡amados!… pasa por su continuidad.

El «resultadismo» es el enemigo nº 1 de la continuidad. Lo sufren especialmente los entrenadores, principales víctimas de las urgencias por los resultados o la clasificación. Se cambia al entrenador cuando el equipo «va mal» (¡o no!) con la «esperanza» que con otro entrenador el equipo «vaya mejor». Algunos equipos han sido hasta capaces de repetir el ciclo dos veces con los mismos protagonistas (Baskonia, en baloncesto, ha despedido dos veces al entrenador Pedro Martínez sustituyéndolo otras tantas por Perasovic). No se tiene en cuenta que las grandes épocas de los grandes equipos han sido fruto de la estabilidad en los banquillos y en las plantillas (siguiendo con el baloncesto, los Lakers de Patt Riley o los Bulls de Phil Jackson; o en España, Barça de Xavi Pascual y actualmente el Real Madrid de Pablo Laso). Y lo que es más grave, los directivos no tienen en cuenta el papel clave que juega el entrenador como transmisor del relato, los valores y la filosofía del equipo. Si el entrenador no tiene continuidad, el relato basado en los (supuestos) valores y la filosofía del equipo tampoco. Y sin continuidad, a los seguidores les cuesta identificarse con el equipo / club.

Segundo relevo Martínez – Perasovic en el Baskonia. Foto: Gigantes

Los directivos, por tanto, deberían ocuparse de construir o mantener una «marca» para su club que fuera reconocible por los seguidores, en busca de conseguir y fortalecer los vínculos sentimentales con ellos. Y a partir de ahí, escoger (racionalmente) a los entrenadores que encajen mejor con los valores, la filosofía o el estilo de juego que el club ya posea o pretenda mostrar. El caso más claro es el FC Barcelona de fútbol y su apuesta por un estilo de juego heredado desde la época de  Johann Cruyff como entrenador.

Ahora bien, tengan o no los clubes una «marca» o filosofía consolidada, conseguir seguidores (¡y jugadores!) identificados y comprometidos con el equipo pasa por dar continuidad al entrenador (y a los propios jugadores). Y es que cuando se entra en una dinámica de cambios con la «esperanza» que las cosas vayan mejor, quizás se consiga alguna victoria más, quizás se consiga relanzar a un equipo en crisis, pero el equipo pasa a no ser reconocible (por el carroussel de jugadores nuevos en cada temporada y por los cambios en el estilo de juego), y la identificación sentimental entre equipo y seguidores se rompe a la vez que las gradas se van vaciando.

Tradicionalmente (al menos hasta la llegada de -mucho- dinero extranjero), el fútbol inglés nos ha enseñado que la fidelidad de los seguidores no se consigue por ofrecer «esperanza» en los resultados, sino generando complicidad y CONFIANZA INCONDICIONAL con el equipo, fruto de la continuidad especialmente en los banquillos, y con ella, el mantenimiento de un relato reconocible asociado a los valores del club. En cambio, lo que ya hace tiempo que vemos en el fútbol y el baloncesto español (las dos principales ligas profesionales), es que el entrenador se ve condenado a asumir el rol de fusible y pagar por los bandazos que dan los clubes mayoritariamente por falta de visión.

por Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor del libro «Entrenando al entrenador…«


Los 40 minutos (o más) del entrenador zen

octubre 20, 2018

Partido de baloncesto. Última posesión. Tu equipo (eres el entrenador) pierde de 1. Tenéis el balón y es la última posesión, lanzáis y …

  1. Metéis y ganáis
  2. Falláis y perdéis
  3. Recibís falta, lanzáis tiros libres, metéis solo uno y empatáis

¿Cómo reaccionas como entrenador? ¿Qué les dices a tus chicos?

CONSEJO 1, sobre cómo afrontar ANTES el partido: SI QUERÉIS GANAR, DEBÉIS ESTAR PREPARADOS PARA PODER PERDER

Aceptar que se puede perder (o fallar un último lanzamiento) es crucial para no alterarse (tener miedo) antes o para no enfadarse después. Y así, mantener la mejor concentración posible y seguir jugando al mejor nivel en busca de las máximas opciones de ganar.

Ejemplo: Jaume Ponsarnau, actual entrenador del Valencia Basket, habla siempre de 40 minutos o más, al referirse al tiempo de juego.  Con esto, demuestra estar preparado para cualquier posibilidad. Curiosamente, él mismo como entrenador tiene el récord de prórrogas en un mismo partido de la Liga Endesa, cuando entrenaba al Manresa (temporada 2008-09), donde tuvo que dirigir hasta cuatro prórrogas para derrotar al Barça (122-117).

CONSEJO 2, sobre cómo vivir el partido: HAZ DE ENTRENADOR Y NO DE SEGUIDOR

Como entrenador, debes liderar a tu equipo enfocándolo hacia la mejor concentración posible para rendir al máximo nivel de que sois capaces, en busca de tener las mejores opciones de competir y en consecuencia ganar. Por lo tanto, tu control emocional es clave ya sea para realizar bien tu tarea (análisis y toma de decisiones bajo estrés) como para dar ejemplo a tus jugadores y transmitirles el estado emocional idóneo que ayude a poder mantener la tensión más adecuada y la mejor concentración posible.

Ejemplo: Seguimos con el mismo entrenador, Jaume Ponsarnau. Y lo ilustramos con un vídeo. Observa si quieres primero cómo discurre la jugada que da la victoria in extremis al Valencia contra el Obradoiro (Liga Endesa). Pero luego, dedica varias repeticiones a mirar cómo sigue Ponsarnau la jugada. Su control emocional le permite mantener la concentración y estar preparado para tomar las decisiones que hiciese falta si el partido hubiese seguido (o encajar el resultado adverso de la forma más provechosa para seguir creciendo como equipo). Si os fijáis, a diferencia de los jugadores, que celebran la victoria justo después de anotar, él sigue controlándose (respiración) y atento a los árbitros y a la mesa de oficiales, hasta que no se certifica la victoria. Está preparado para todo lo que pueda pasar.

CONSEJO 3, sobre cómo valorar después el partido: TRATAR IGUAL LAS VICTORIAS QUE LAS DERROTAS

¿Cómo reaccionas si pierdes o si empatas? Si te enfadas, ¿cómo va afectar esta reacción emocional después? ¿Cómo afrontas la prórroga desde la frustración? ¿Cómo aprovechas la derrota desde el enfado?

Queremos ganar y esto es irrenunciable. Pero el mejor planteamiento para ganar es el que se enfoca hacia CÓMO JUGAR para tener las máximas opciones de conseguirlo. Cuando ganar o perder acaba dependiendo de un último lanzamiento, ¿cambiará ese singular acierto o fallo tu valoración global del partido? Si te dejas llevar por la reacción emocional, seguro que sí. Ahora bien, si la valoración del resultado la realizas a partir del trabajo planteado a priori y realizado a lo largo de todo el partido, y sobre todo, tomándolo como parte del proceso de crecimiento del equipo, entonces serás capaz de tratar por igual la victoria que la derrota (NOTA: Esto se acaba concretando en un consejo muy directo: si un día pierdes por 1, diles a tus chicos lo mismo que les dirías si ganaseis por 1).

Jaume Ponsarnau, entrenador Liga Endesa de Baloncesto (foto: Solobasket)

Lo de entrenador ZEN es una concesión para generar un título-gancho, lo reconozco. Pero explica gráficamente las cualidades clave (inter-conectadas entre ellas) que hacen que un entrenador pueda afrontar lo mejor posible la exigencia psicológica que implica dirigir un partido de baloncesto:

  • Estar en el aquí-ahora te permite estar atento a la información útil para realizar un correcto análisis de la situación (integrando toda la información, que es mucha) y tomar (y luego transmitir) la mejor decisión posible.
  • Aceptarlo todo como posibilidad, te permite ni tener miedo a que pase cualquier cosa, ni a enfadarte por el hecho que haya pasado. Te ayuda, por lo tanto, a mantenerte en el presente.
  • Mantener la calma puede ser una consecuencia de lo anterior, o provocarlo. Sabemos que las situaciones que se viven en el banquillo profesional son a veces tan estresantes (o exasperantes), que saber mantener el control emocional se convierte en un recurso indispensable para seguir conectado con el juego y no dejarse llevar por el significado de lo que está pasando o puede pasar.

por Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor del libro «Entrenando al entrenador…«


Extractos de «Vencer o aprender» (John Kavanagh, entrenador de Conor Mc Gregor)

febrero 5, 2018

Recientemente he tenido el placer de leer el libro del John Kavanagh, «VENCER O APRENDER». Kavanagh es el entrenador de Conor Mc Gregor, figura indiscutible de las MMA (Artes Marciales Mixtas). Fue al empezar a trabajar con un luchador de MMA que me interesó el libro. Antes había trabajado en karate y boxeo, durante muchos años. Pero cuando empiezo a trabajar en un nuevo deporte busco implicarme en él y conocerlo lo mejor y más rápido posible. Y este libro te traslada magníficamente al ambiente y a las particularidades de esta disciplina.

Quiero compartir algunos extractos que me han gustado especialmente:

1/ Sobre el afrontamiento de la competición…

«Lo que es indiscutible es que dirigir a luchadores en veladas pequeñas durante tantos años me permitió cogerle el tranquillo a la rutina para cuando estuviéramos listos para la UFC (Ultimate Fighting Championship). Cuando se cierra la puerta de la jaula, la situación es siempre la misma: mi luchador contra otro luchador. Todo lo demás -el local, el público, el ambiente, las consecuencias del resultado- es irrelevante. En SBG Ireland (Straight Blast Gym) hablamos con frecuencia de esto. ¿Qué importa que la jaula esté en el gimnasio, un día cualquiera, o en un estadio en Boston o Las Vegas un sábado por la noche? Eso puede tener un efecto emocional o psicológico, pero solo si tú lo permites. Si te lo propones, es como si la pelea tuviera lugar en el mismo ambiente en el que has estado entrenando las seis u ocho semanas previas. Entiendo muy bien que mucha gente lea esto y piense que no es tan sencillo, y probablemente no lo es para el 99 por ciento de la gente. Pero los luchadores que más triunfan son los que aprenden a afrontar una pelea de la misma manera que la sesión de entrenamiento del martes por la tarde.» (pág. 115)

2/ Sobre cómo afrontar las lesiones y aprovecharlas para aprender a entrenar mejor…

«Nunca tuve ninguna duda sobre la capacidad de Conor para superar el proceso de rehabilitación desde el punto de vista físico, pero la clave del éxito era el aspecto psicológico. Conor mantenía la mente activa. No se quedaba sentado compadeciéndose de sí mismo, comiendo helado y viendo la tele. Aprovechó la oportunidad para aprender. Aunque no podía entrenar, yo le enviaba preguntas en mensaje de texto: cómo respondería si se veía atrapado en ciertas posiciones durante un combate. Aquello mantenía su mente centrada y activa. Heather Milligan le enseñó mucho sobre el movimiento en el cuerpo humano, y aquello tuvo una considerable influencia en su manera de abordar el entrenamiento para sacar lo mejor de sí mismo en el plano físico. También le animó a aceptar aún más el concepto de entrenamiento ligero. Heather le dijo a Conor que sus músculos estaban demasiado tensos, y él se empeñó en asegurarse de estar siempre relajado y flexible. Aprendió la importancia del masaje, y llegó a entender que levantar grandes pesos no es tan necesario para ganar fuerza. Lo que había que hacer es concentrarse en el entrenamiento ‘suave’.» (pág. 129-130).

3/ Sobre la implicación emocional y los efectos en la concentración…

«Brandao (nota: un rival de Conor) estaba recibiendo mensajes em las redes sociales pidiéndole que ‘le enseñara modales a McGregor’ y que ‘hiciera callar a ese irlandés’, y cosas por el estilo. Pero es posible que estuviera sintiendo toda esa presión, porque cuando se plantó ante Conor en los calentamientos públicos ante los fans de Dublín, se le veía muy nervioso. Tenso. Era como un perro atada con una correa, pero yo ya sabía que era más ladrador que mordedor.

-Ya está implicado emocionalmente en la pelea -me dijo Conor después-. Esto no va acabar bien para él.» (pág. 147-148)

(Nota: Conor ganó por KO técnico a los 4 minutos, en el primer asalto).

4/ Sobre la comunicación entrenador – luchador…

«Mucas veces me preguntan cómo sé qué consejos hay que darle a un luchador en cada situación concreta. El final de aquel primer asalto es un buen ejemplo. En aquella ocasión, aunque físicamente estaba bastante fresco, Cathal (nota: otro luchador de Kavanagh) todavía se estaba recuperando de un primer asalto muy duro e intentaba despejarse la cabeza, así que no tenía sentido bombardearlo con información técnica que su mente no estaba en condiciones de procesar. Le habría entrado por un oído y salido por el otro. En una situación como aquella, lo mejor es conectar con el lado emocional del luchador. Ya has pasado por esto, no hay nada que temer, ahora llevas ventaja… es estas circunstancias, esa es la clase de cosas que movilizan algo. Estas líneas de comunicación entre entrenador y luchador no se crean de la noche a la mañana. No se pueden fingir ni forzar. Si Cathal hubiera sido un luchador de otro equipo en aquella misa situación, yo no le habría podido servir de nada. Se tarda mucho tiempo en desarrollar el nivel de confianza y comprensión necesario para poder hacer algo útil entre asalto y asalto.» (pág. 153)

5/ Sobre el papel de la confianza…

 

«Cuando se anunció la pelea con Aldo (nota: vigente campeón de la UFC en ese momento), escribí en mi columna de The42.ie que creía que Conor ganaría antes de terminar el tercero de los cinco asaltos previstos. Era una predicción modesta: podía imaginarme perfectamente a Conor liquidando aquello en el primer asalto. Le consideraba capaz de hacer un KO muy pronto, y entonces la lucha libre no iba a tener tiempo de entrar en la ecuación. Mi fe en la capacidad de Conor me daba la paz mental para pensar que podíamos salir adelante a pesar de la presión.

La situación me recordaba una cosa que le dijo el ex campeón mundial de boxeo Steve Collins a uno de mis chicos cuando visitó el gimnasio: ‘Prefiero estar al 75% físicamente y al 100% mentalmente que estar al 100% físicamente y al 75 mentalmente’.

Y, desde luego, aquello se podía aplicar a Conor, porque no cabía duda de que su preparación psicológica era impecable. No había en su mente ninguna duda sobre seguir adelante, así que lo mejor que yo podía hacer como entrenador era apoyarlo plenamente. Pero mentiría si dijera que no estaba preocupado. Mientras nos preparábamos para iniciar la preparación, yo no tenía ni idea de cómo se desarrollarían las cosas.» (pág. 204)

(Nota: Conor ganó por KO en 13 segundos en el combate por el título de la UFC)

6/ Sobre la importancia del entrenamiento invisible y la preparación… 

«Conor se había recuperado sin problemas de la reducción de peso y había dormido bien. Eso es música para mis oídos. En esos momentos siento que mi trabajo está ya casi hecho. Es hora de pelear. Hay personas que le dan demasiada importancia a lo que ocurre en el rincón durante una pelea, pero la verdad es que no importa mucho. A veces he recibido muchos elogios por mi contribución durante los combates, pero en mi opinión eso no va a cambiar el resultado. Tal vez puedas aportar un poco de orientación, y para el luchador es reconfortante saber que su entrenador, alguien a quien conoce y en qué confía, está allí para ayudarle. Pero no hay mucho más.» (pág. 218-219).

7/ Sobre la importancia de no alterar las rutinas de preparación…

«Supuestamente, no tener que reducir peso para la pelea contra Díaz fue una ventaja (Nota: Conor pasó de peso pluma a welter para pelear con Díaz), pero visto en retrospectiva fue sin duda un inconveniente. Reducir peso no es nada divertido, pero sirve como recordatorio de que te estás preparando para un combate. Te centra la mente y es una parte muy importante de lo que hemos estado haciendo. Sin ese ritual, las cosas se pusieron raras. Nos dejó en un estado mental que no era el acostumbrado. De pronto, la rutina que habíamos establecido se había suprimido. La necesidad de reducir peso pone al luchador en su sitio y le hace saber que hay una pelea a la vista. (…) En cambio, cuando has disfrutado de una buena comida, lo único que quieres es relajarte delante de la tele. El fuego que había en tu estómago ha sido sustituido por comida. Estar lleno no ayuda a mantener una mentalidad competitiva.

Para su próxima pelea, aunque sea en los pesos welter, Conor seguirá una dieta estricta. Ya tenemos  asumido que es un elemento importante de su preparación, así que pueden estar seguros de que el día del pesaje llegará con 75 kilos. ¡Nada de pastel de queso esta vez! Mantendrá una dieta pensada expresamente para pelear.» (pág. 258).

(Nota: el combate contra Díaz saltándose dos categorías de peso era un reto impensable, Conor perdió a los puntos, peró aprendieron algo muy valioso. VENCER O APRENDER).

 

por Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor del libro «Entrenando al entrenador…«


Demostrar en competició el que sabem fer en entrenaments…

diciembre 22, 2017

La psicologia de l’esport ajuda a optimitzar els aprenentatges en els entrenaments (ajudant a què s’aprofitin per ser millor cada dia), però també a estabilitzar el rendiment, és a dir, a fer que l’esportista o l’equip pugui demostrar en competició el nivell assolit en els entrenaments.

Que es rendeixi millor en els entrenaments que en competició és una cosa que passa sovint, i és un dels motius més habituals quan hi ha demanda d’ajuda psicològica. Per exemple, és una de les coses que Sito Alonso, entrenador del FCBarcelona de basquetbol, comentava que els passava, després de la novena derrota en 13 partits a Eurolliga 2017-18 contra Unicaja de Málaga (veure notícia aquí).

Hi ha molts aspectes psicològics que expliquen per què passa això, i en concret, perquè un equip suposadament «inferior» pot un dia concret superar un rival declaradament superior en planter, qualitat o pressupost.

Apart d’entrenar per ser millors, els equips o els esportistes han de tenir cura de saber demostrar en competició el nivell que tenen. Els aspectes psicològics que es poden tenir en compte per aconseguir  estabilitat en el rendiment són:

  • Entrenament invisible: hàbits de conducta que minimitzen les opcions d’accident, lesions o alteració emocional.
  • Pla de competició: rutines dissenyades, entrenades i comprovades que ens posen amb l’activació i la concentració adequades en el moment de competir.
  • Plantejament de partit: ajustament d’expectatives centrades en les possibilitats (opcions de competir) i no en les probabilitats (ranking, classificació, potencial, resultats anteriors, etc.).
  • Habilitats comunicatives de l’entrenador, que ajudin l’esportista a afrontar el millor possible la competició, i en particular, a mantenir-se centrat en el present, enfocat a la tasca.
  • Habilitats psicològiques dels esportistes, per controlar els nivells d’activació amb què es competeix, ajustar la concentració (enfocant-la a la tasca), evitar pensaments inútils o controlar les emocions.

Si voleu completar la informació sobre aquest tema, podeu consultar l’article «Com aconseguir estabilitat en el rendiment«, publicat a la Revista Minut ACEB (Associació Catalana Entrenadors de Basquetbol).

 

per Joan Vives Ribó
Psicòleg de l’esport
Autor del llibre «Entrenando al entrenador…«


Si vols canviar l’actitud, canvia els hàbits!

diciembre 22, 2017

Molt sovint els entrenadors es queixen de l’actitud dels seus esportistes. I a vegades la solució que intenten és buscar convèncer els esportistes de la importància de tal o qual cosa, és a dir, dels valors que es consideren importants (responsabilitat, autonomia, esforç, fair play, etc.).  Aquesta és una via llarga i molt poques vegades exitosa.

La via més efectiva per a què els esportistes compleixin amb els valors desitjats, és que l’actitud cap a aquests valors sigui favorable. I per aconseguir això, la via més operativa és a partir d’establir normes que generin hàbits de treball en línia amb l’actitud demanada, que sovint es correspon amb els valors que l’entrenador, l’equip o el club volen promoure.

Si gràcies a una norma ben dissenyada (i ben aplicada) aconseguim que els esportistes segueixin hàbits conductuals adequats (arribar d’hora a l’entrenament, estirar després, hidratar-se convenientment…), i aquests hàbits es consoliden, això pot ajudar a construir en els esportistes una actitud (com es prenen les coses) que s’ajusta amb la que pretenen els entrenadors (per exemple, responsabilitat).

En aquest enllaç trobareu l’article dedicat a aquest tema, publicat a la Revista Minut ACEB, de l’Associació Catalana d’Entrenadors de Basquetbol.

per Joan Vives Ribó
Psicòleg de l’esport
Autor del llibre «Entrenando al entrenador…«


¿Por qué Rafa Nadal no necesita psicólogo?

marzo 11, 2015

En unas declaraciones recientes, recogidas en Planeta Tenis, Rafa Nadal comentaba que «no se deberían utilizar psicólogos para el tenis, sino para otros temas más importantes en la vida misma«. Como psicólogo del deporte, confirmo que, efectivamente, a Rafa Nadal no le hace falta trabajar con psicólogo. Y en este artículo, pretendo explicar el porqué.

1. Combinación de personalidad + trabajo orientado por el entrenador = perfil óptimo

El entrenador y tío de Rafa, Toni Nadal, ha trabajado desde siempre en busca de orientar psicológicamente la actitud y la motivación de Rafa para conseguir un perfil motivacional óptimo para el tenis (y para casi todo lo relacionado con el rendimiento). Este perfil, lo podríamos resumir de esta forma:

  • Perspectiva de meta (forma de motivarse) orientada 100% al proceso, a ser mejor cada día, a cómo jugar, en lugar de los resultados. En este video, podéis escuchar unas declaraciones que lo ejemplifican.
  • Locus de control interno. Aunque está rodeado de un gran equipo de profesionales, Rafa sabe que la responsabilidad de su evolución como deportista es exclusivamente suya. Él se encarga de aprovecharse de todos ellos, o de exprimirles para que le expriman a él.
  • Estilo atribucional interno. Nunca utiliza excusas para una derrota. Siempre valora los resultados buscando conclusiones que le permitan seguir creciendo.
  • Independencia de campo. Aunque las condiciones sean muy desfavorables, Rafa tiende a seguir rindiendo al máximo, sin lamentarse.
  • Autoconfianza y autoeficacia «sanas». Rafa se siente preparado para poder competir al máximo nivel, gracias a la confianza que tiene en sus propios recursos, y no por estar esperanzado por conseguir un resultado concreto.

2. Optimización de los entrenamientos

Relacionado con lo anterior, Rafa se caracteriza por aprovechar al 100% los entrenamientos. Él mismo dice que quizás no es el que más entrena en el circuito, pero sí el que más concentrado lo hace. Y esto lo puedo corroborar personalmente. Algunos de los tenistas con los que he trabajado, eran invitados por él para entrenarse en su club de Manacor. Al volver, me comentaban que Rafa mantenía durante todo el entrenamiento una gran concentración y la máxima intensidad, buscando hacerlo lo mejor posible, golpe a golpe (¡incluso cuando los «sparrings» eran juniors!).

3. Hábitos, entorno y estilo de vida

Aunque él reconoce que su dieta no es «modélica», su estilo de vida es y se enfoca mayoritariamente hacia el alto rendimiento. A lo que los psicólogos llamamos el «entrenamiento invisible», él le da una importancia máxima (descanso, cuidado personal…). Y la forma de organizar su vida, su familia, su pareja, sus hábitos personales, etc., le permite afrontar sus compromisos con la máxima estabilidad emocional.

4. Estabilidad emocional en competición

Aparte de lo comentado en el punto anterior, a tan alto nivel, la diferencia entre ganar o perder depende de lo que hagas antes y durante el partido, de forma que te permita demostrar el nivel real que tienes, sin que alteraciones, frustraciones, despistes, relajaciones, etc., afecten al rendimiento.

¿Cómo consigue Rafa esto? En general, gracias a sus rutinas antes, durante y después de la competición. De una forma más concreta, podemos destacar esto:

  • Ajuste óptimo de tensión y concentración, gracias a la gestión de los momentos previos al partido, el calentamiento, los momentos de espera, y los preparativos justo antes del partido.
  • Rutinas fijas, trabajadas y útiles, que él sigue a rajatable para la preparación del servicio o del resto, entre puntos y en los descansos.

(Un aparte. Se ha hablado mucho de las «manías» de Rafa Nadal. En este mismo blog podéis consultar un post acerca de esto. Sean manías o rutinas, que no supersticiones, la clave es que le sean útiles. Y para él lo son, porque lo mantienen ocupado en algo útil en lugar de estar preocupado, y porque siempre hay una razón detrás. Por ejemplo, ¿por qué Nadal no para de mover sus piernas en los descansos? Para mantener la tensión justa, con la que él le gusta jugar, y que es elevada.).

  • Control del «péndulo de las emociones». Rafa escoge los momentos de euforia para cuando lo necesita realmente, y no sólo para animarse, sino para influir en la confianza del rival. O sea, que no se «descontrola» gratuitamente. Y por otro lado, se controla muy bien en los momentos de frustración, después de error no forzado o de perder un punto crucial. Gracias a esto, su tensión se mantiene en unos niveles ajustados, que le permiten estar lo mejor concentrado posible, sólo centrado en cómo jugar, bola a bola. Y gracias a esto, no da señales de debilidad, lo que le convierte en un rival temible para los partidos donde el cansancio suele pasar factura.
  • Concentración «operativa», centrada sólo en cómo jugar, para lo que a veces recurre a la técnica de las palabras clave, como recordatorios para re-enfocarse entre puntos o durante los descansos, como podéis ver en este artículo del diario Marca.

Rafael_Nadal_at_the_2011_Australian_Open14

Foto: Christopher Johnson (globalite)

Seguro que hay muchos más aspectos que explican por qué Rafa Nadal es tan buen tenista. Pero he escogido éstos porque son los factores donde los psicólogos del deporte podemos ayudar más. Quizás Rafa no lo necesite, porque entre él y su tío y entrenador han construido una «máquina perfecta», o casi.

Pero si tú eres jugador, y te das cuenta de que estás lejos de conseguir gestionar estos aspectos tal como se describen aquí,  quizás a tí sí te sirva trabajar con un psicólogo para conseguir paracerte a Rafa Nadal en estos aspectos, y así, conseguir la mejor versión de ti mismo.

O si eres entrenador y te das cuenta que estabas descuidando algunos de estos factores, también puede serte de ayuda trabajar con un psicólogo para que te asesore en la forma de orientar psicológicamente a tu jugador.

Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor de "Entrenando al entrenador...

¿Abusar en el marcador o aprovechar el partido?

enero 19, 2015

El 16-1-2015 trascendió la noticia que Michael Anderson, entrenador del equipo femenino del Arroyo Valley High School (USA), fue suspendido dos partidos después de ganar un partido por 159 puntos, sin tomar medida alguna para no «abusar» de esa manera.

161 a 2

Fuente de la imagen y noticia en http://kiaenzona.com/mas-basket/basket-femenino/sancionan-a-un-entrenador-dos-partidos-despues-un-161-2-te-parece-correcta-la-medida-23746/

El debate en las redes sociales siguió a la noticia, y se debatió sobre si el castigo fue merecido o no. Mi postura acerca de este punto es que, más que un castigo, entrenadores que permiten estos resultados sin ninguna mediación por parte de ellos, necesitan MÁS FORMACIÓN acerca de los VALORES del deporte, pero especialmente, acerca de MOTIVACIÓN.

¿Ser el mejor o SER MEJOR?

Ganar de 159 refleja que eres claramente mejor que el otro equipo, pero… ¿habrá servido el partido para crecer como equipo? Seguramente no. Tampoco serviría de nada «aflojar», ya que el equipo tampoco aprovecharía el partido, el resultado sería igualmente abultado, y los rivales podrían considerarlo una actitud arrogante o una falta de respeto.

Por lo tanto… ¿qué puede hacer un entrenador cuando su equipo es tan superior?

La clave está en la motivación: APROVECHAR EL PARTIDO PARA MEJORAR.

Ya que el resultado no está en juego, para el entrenador debería ser fácil aprovechar el partido para trabajar aspectos del juego que permitan crecer aún más como equipo. Pero claro, para tener esta mentalidad, el entrenador debe dar importancia a SER MEJOR cada día, y no limitarse sólo a contemplar cómo su equipo es mejor que el otro.

Medidas concretas para convertir un partido fácil en un reto para tu propio equipo

Siguiendo con el ejemplo del baloncesto, al que se refiere la noticia, algunas medidas que el entrenador puede tomar para APROVECHAR un partido fácil para crecer (aparte, claro, de hacer jugar más a los jugadores menos habituales, o de utilizar sistemas defensivos menos agresivos), son las siguientes:

  • Defender sin el uso de las manos. Así priorizamos el trabajo sobre la colocación y la postura, y evitamos que el ímpetu natural de los jugadores jóvenes les lleve a robar el balón fácilmente.
  • Orientar el juego del rival hacia una zona acotada del campo. Priorizamos defender especialmente una zona y sólo permitimos el juego por otras. Así constatamos nuestra capacidad de orientar el juego, y damos opciones al rival a aprovechar las menos defendidas.
  • Rebotear sólo después que el balón toque suelo. Así priorizamos la colocación, la postura y el bloqueo del rebote.
  • Después de anotar, volver rápidamente a campo defensivo, dentro de la zona,  antes de volver a defender en las posiciones habituales. Así trabajamos la rapidez en la transición defensiva.
  • Atacar sin botar el balón. Priorizamos el passing game, el juego sin balón.
  • Anotar sólo si todos los jugadores han tocado el balón. Priorizamos el juego colectivo, el extra-pase.
  • Anotar sólo si el balón ha pasado al menos una vez por dentro de la zona. Priorizamos el juego dentro – fuera.
  • Buscar que sea un jugador concreto (nombrado por el entrenador o el base) quien anote. Así priorizamos el juego ofensivo orientado.
  • Anotar sólo si hemos realizado una jugada en concreto, a demanda del entrenador.
  • Anotar sólo de 3. Priorizamos el tiro de larga distancia.
  • Anotar sólo dentro de la zona. Priorizamos el juego anterior.
  • Hacer jugar a ciertos jugadores en posiciones diferentes a las habituales. Así les hacemos trabajar recursos diferentes.

Si un entrenador tiene claro en qué debe mejorar su equipo, puede aprovechar este tipo de partidos para hacerlo, y así, con estas auto-condiciones, dar más vida o libertad al rival para que pueda desarrollar mejor su juego. Animo a entrenadores de otros deportes a adaptar estas medidas a cada modalidad.

Volviendo al partido de la noticia, aplicando estas medidas el resultado hubiera sido tal vez de 98-26. Pero el equipo superior habría aprovechado el partido para crecer en aspectos concretos, y el equipo inferior habría conseguido seguramente la mejor expresión de si mismo.

(Nota del autor: estas medidas las apliqué como entrenador en un equipo de alevines, en la U.E. Montgat, temporada 92-93.Y recuerdo un día que ganamos por 119-32… Pues aparte de crecer nosotros, el equipo rival acabó… ¡muy satisfecho! Y es que nunca antes en la competición habían superado los 4 puntos).
Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor de "Entrenando al entrenador...

Psicología LOW COST para deportes de equipo

noviembre 13, 2014

A principios de noviembre de 2014, tuve la oportunidad de dirigir un taller en el Congreso Internacional de Psicología Aplicada al Fútbol (CIPAF), que se realizó en el INEFC de Barcelona.

2014 CIPAF

En el taller presentaba un par de casos en los que había intervenido en deportes de equipo (hockey hierba y baloncesto) con una metodología muy eficiente, por lo que se habían conseguido muy buenos resultados con poco coste.

Low cost = eficiencia

Que una intervención psicológica pueda ser eficiente o low cost, no quiere decir que se baje el precio. Al contrario. Las propuestas low cost presentadas no consistían en rebajar el precio por «quilo de psicología«, sino en buscar formas de intervenir con menos «quilos de psicología«.

Las claves para conseguir una intervención psicológica eficiente o low cost en deportes de equipo, son las siguientes:

1/ Dar en el clavo.

El psicólogo debe escoger las áreas de intervención donde mejor pueda trabajar, en busca de conseguir unos objetivos bien seleccionados, con una metodología bien diseñada, que apunte de forma precisa hacia la consecución de los objetivos, y facilite la participación de los agentes implicados (entrenadores y/o jugadores), sin generar rechazo.

«Dar en el clavo» no es fácil, y no es una cuestión de suerte. Cuanta más experiencia tenga el profesional, más probabilidades habrá que haya aprendido a valorar convenientemente la situación y la demanda de los clientes, podrá contar con más recursos metodológicos, y sabrá transmitir esa metodología con más convicción y autoridad.

Por lo tanto… «dar en el clavo«, que es una de las claves de la eficiencia, estará en manos de profesionales con experiencia, que no son los que cobran menos por sus servicios. A pesar de ello, será más rentable invertir un dinero concreto en un «quilo de psicología» servida por un experto, que no gastar la misma cantidad de dinero en «muchos quilos de psicología» servida por un profesional inexperto.

La psicología bien aplicada no es cara, es rentable

2/ Trabajar con el entrenador. 

La segunda clave para la eficiencia en intervenciones psicológicas en deportes de equipo, es trabajar con el entrenador. Trabajando a través de él, llegas a todos los jugadores. Y a través de él, trabajas todos los aspectos psicológicos presentes en las dinámicas de entrenamiento y competición.

En este mismo blog, podéis consultar artículos que traten este punto:

3/ Trabajar a distancia.

La tercera clave para intervenciones psicológicas low cost en deportes de equipo, es introducir el trabajo a distancia con el entrenador. El trabajo on line permite reducir horas presenciales y desplazamientos, con lo cual abarata los costes. Y por contra de lo que se podría interpretar, si está dirigido por un buen profesional, experto en esta metodología, el trabajo on line ofrece considerables ventajas.

En el video siguiente, se detalla la forma de trabajar a distancia y las ventajas que ofrece. Acceder al video.

Dar en el clavo, trabajar con el entrenador, y introducir el trabajo a distancia, las tres claves para una intervención psicológica  eficiente en deportes de equipo.

Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor de "Entrenando al entrenador..."

¿El psicólogo? ESTÁ ALLÍ, gracias.

julio 28, 2014

 

El fichaje de Joaquín Valdés como psicólogo del primer equipo del FC Barcelona junto al entrenador Luís Enrique, y su presencia habitual en los entrenamientos junto al míster, está dando visibilidad al rol del psicólogo dentro del staff técnico.

En la web del Barça comentan las diferentes funciones de los técnicos de la actual plantilla (ver el video clicando aquí) aunque de todos los roles, el del psicólogo es de quien menos se intuyen sus funciones por las imágenes (y tampoco las explican).

Los hombres de Luís Enrique

Staff técnico del FCB 2014-15. Joaquín Valdés, a la derecha (Fuente: http://www.fcbarcelona.es)

Pero lo que está claro es que el psicólogo… ESTÁ ALLÍ (en los entrenamientos, en los partidos, en las reuniones…).

ESTAR ALLÍ es tremendamente importante por varias razones:

  • El psicólogo se «empapa» de las dinámicas que se dan en los entrenamientos, partidos, desplazamientos, concentraciones… Esto le permite entender mucho mejor el contexto para después poder asesorar al entrenador (y ayudantes) o poder ayudar a los jugadores.
  • Los jugadores ven al psicólogo como un técnico más, cosa que ayuda a que se desvanezca la imagen ya tan desgastada del psicólogo como alguien que trata problemas clínicos fuera del entorno deportivo. El psicólogo es un entrenador más que se cuida de las habilidades psicológicas de los jugadores o de la gestión que hace el entrenador de los aspectos psicológicos presentes en la vida del equipo.

Pero hay más… El psicólogo puede ESTAR ALLÍ aparentemente sin hacer nada, aunque en realidad está haciendo mucho. Tal como he dicho antes, el psicólogo está observando constantemente aquellos factores presentes en la vida del equipo que pueden ser relevantes para poder asesorar mejor al entrenador o poder ayudar mejor a los jugadores que lo requieran.

  • El psicólogo observa a los jugadores para poder conocerles a fondo sin tener que realizar ningún test por escrito. La observación es mucho mejor que pasar cualquier test, primero porque  los jugadores odian hacerlos; y segundo, porque la información que se recoge es mucho más veraz, directa y contectualizada. Lo que el psicólogo observa de los jugadores, para después poderles ayudar o asesorar al entrenador sobre cómo tratarles, es básicamente lo siguiente:
    • Estado de ánimo (cómo está ese día en concreto cada jugador)
    • Habilidades psicológicas (concentración, ajuste de tensión, control de impulsos…)
    • Actitud y motivación (capacidad de adaptación, capacidad agonística, perseverancia, tolerancia a la frustración…)
    • Personalidad (grado de extroversión, labilidad emocional, autoestima…)
  • También observa cómo se estructura el grupo (roles, subgrupos) y cómo funcionan las dinámicas internas (clima de trabajo, ambiente social, cohesión…)
  • Y especialmente, observa sin tregua todo aquello que hace y dice el entrenador, dentro y fuera del campo, analizando la repercusión que pueda tener en relación a los aspectos psicológicos presentes en cualquier momento de la vida del equipo.

Luís Enrique dijo el día de su presentación que el psicólogo «era para él». Y en verdad, ESTANDO ALLÍ, Joaquín Valdés puede ayudar y mucho al entrenador a gestionar mejor los aspectos psicológicos, de forma que ayuden a optimizar los entrenamientos (para ser mejores) y a estabilizar el rendimiento (para ser capaces de demostrar ese nivel en los partidos).

Para el psicólogo, ESTAR ALLÍ a veces tiene premio. Quizás ha estado allí durante un montón de entrenamientos, quizás semanas, quizás meses… Pacientemente, haciendo su trabajo. Y a veces llega un momento en que el entrenador lo necesita y él tiene la clave que puede desencallar una situación conflictiva, o tiene la receta que puede ayudar al equipo a salir de ese túnel o romper esa mala racha… El psicólogo habrá tenido que ESTAR ALLÍ para en ese momento ser eficaz, preciso y al mismo tiempo ofrecer soluciones «ecológicas», que el entrenador pueda adoptar y hacerlas suyas, que no sean extrañas para él ni para los jugadores.

Y si la cosa sale bien (como si sale mal), el psicólogo seguirá ESTANDO ALLÍ, como sin hacer nada.

Esta es la virtud del psicólogo del deporte (del buen profesional de la psicología del deporte), pero esta misma «invisibilidad» es la razón por la que este rol tan importante en el mundo profesional no ha cuajado de momento de forma consistente en los equipos técnicos. Pero esto es otra batalla…

Otro premio de ESTAR ALLÍ, quizás el que más agradecemos los psicólogos, es cuando al final del entrenamiento se nos acerca un jugador y de la forma más natural del mundo nos dice: «Quiero comentarte una cosa...».

ESTAR ALLÍ habrá valido la pena.

Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor de "Entrenando al entrenador..."