Protestas y más protestas a los árbitros

junio 27, 2014

Estos días vemos como en el Mundial de Fútbol en Brasil o en la Final de la Liga Endesa de Baloncesto, los jugadores manifiestan una gran reactividad y frustración ante las decisiones de los árbitros. Si la decisión no es a favor, la queja surge de forma inmediata, ya sea porque realmente el jugador cree que ha sido una decisión injusta, ya sea para condicionar el criterio de los árbitros.

Antes de seguir, dejadme informaros que trabajé como psicólogo en el departamento arbitral de la Liga ACB de baloncesto, entre los años 2001-2007, y en el Basquet Manresa, de esta misma liga, desde la temporada 2006-07 hasta la 2012-13. Por lo tanto, los comentarios no son gratuitos, sino fruto de estar en contacto con todas las partes durante años, a un nivel profesional.

La pretensión de los entrenadores y jugadores de poder influir en el criterio de los árbitros (a más quejas, el árbitro acabará pensando que nos está perjudicando y acabará compensando), puede funcionar en contadas ocasiones, quizás ante árbitros inexpertos o árbitros que no nos «conozcan» demasiado (como puede pasar en el Mundial de Fútbol). Pero por una vez que consigan cambiar a su favor el criterio arbitral, habrá muchas más ocasiones en las que la protesta acabará volviéndose en contra, tanto a nivel individual (desconcentrándose) como a nivel grupal (siendo amonestado o expulsado).

Además, si se da el caso que los árbitros son expertos, tratar de influir en ellos es aún más difícil. Los árbitros con experiencia son valientes, les gustan los retos. Y ser capaces de seguir pitando de la forma más justa posible (según su criterio) a pesar del entorno en contra, se convierte en una motivación para ellos.

Pablo Laso, entrenador del Real Madrid de Baloncesto, fue expulsado en el partido final. La imagen del entrenador, lesionado y en silla de ruedas, saliendo de la pista, ha sido muy elocuente. Su estrategia falló; sus protestas se encontraron con el límite (más la motivación comentada en el parágrafo anterior) de los árbitros. Consecuencia: perjuicio para el equipo.

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Autor: EFE; Fuente: http://www.libertaddigital.com/deportes/baloncesto/2014-06-26/pablo-laso-me-voy-decepcionado-1276522465/

Lo mismo cabe decir acerca de los jugadores, pero con un añadido muy importante. A cada queja, el jugador gana opciones de desconcentrarse y de salirse de la zona de tensión óptima. Cierto que los buenos jugadores parecen capaces de reconcentrarse en seguida, pero yo estoy seguro que ganarían estabilidad en su rendimiento si mantuviesen estas reacciones bajo control.

Si intentar influir y condicionar el criterio de los árbitros es complicado y conlleva efectos secundarios negativos para los jugadores o entrenadores, lo que es 100% seguro es que los árbitros no van a cambiar sus decisiones una vez tomadas por mucho que los jugadores protesten. Siendo esto así, yo me pregunto: ¿a qué le dan más importancia o a qué dedican más esfuerzo jugadores y entrenadores? ¿A protestar para intentar buscar la supuesta compensación arbitral? ¿O a mantenerse centrados en el juego, controlando y bloqueando las protestas?

Por lo que hemos visto estos días, la respuesta es clara. Por eso, siempre he pensado que un gran objetivo como psicólogo del deporte en un equipo sería el de trabajar para conseguir controlar estas reacciones. Y esto pasaría por convencer al entrenador de las ventajas de hacerlo y habilitarle para que él pueda dar ejemplo, entrenar a los jugadores en autocontrol y refocalización,  y, por qué no, incidir a través de la comunicación corporativa en el club para que los aficionados ayuden también en este sentido desde la grada. Si en la grada hay menos frustración, los jugadores podrán controlarse mejor. Y viceversa.

Entonces sí. Entonces estaremos preparados mentalmente para no alterarnos continuamente y poder así mantener la concentración y la tensión justa durante todo el partido. En definitiva, tendremos más opciones de poder demostrar nuestro nivel real de juego, y no caer en la trampa de las emociones negativas.

Joan Vives Ribó
Psicólogo del deporte
Autor de "Entrenando al entrenador..."